Los tiempos están cambiando y las consumidoras también. Hay centros de belleza que han tenido que cerrar porque no se han sabido amoldar a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades. Por eso sorprende constatar que hay todavía emprendedores que se arriesgan a tirarse a la piscina y montar un negocio. Desde aquí los aplaudo.
Era lo que comentábamos unas amigas el otro día, en la inauguración del Instituto Kalos, un centro de diagnóstico estético y tratamiento de la piel a través de la luz. El sitio era una monada, la verdad, y muy acogedor. Todo blanco y luego el mobiliario en tonos ácidos en los sillones o en las camillas, algunas de color fucsia. En Kalos, lo que pretenden es personalizar los tratamientos, primero realizando un diagnóstico del estado de tu piel y después aconsejándote el tratamiento más adecuado que debes seguir, ya que no hay dos pieles iguales.
Una vez que saben cómo tienes la piel, utilizan una tecnología chroma-dermy que se basa en que una dosis moderada de luz estimula el sistema celular favoreciendo una mejoría rápida del problema que puedes presentas, es decir, seborrea, falta de elasticidad, granos… La máquina, que se llama Cel.lux y es de tecnología canadiense, utiliza la luz y también siete colores ya que según sea la longitud de onda del color incide de diferente manera sobre la piel.
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